Tenemos un contacto constante con las tipografías. Nos acompañan en todo momento, ya que forman parte de nuestra rutina diaria. Las vemos en cartelería, anuncios, lectura, libros y un largo etc. Hablamos por tanto de un elemento visual constante del que podemos hacer uso desde el diseño gráfico.
Además, las tipografías son una herramienta clave a la hora de diseñar la identidad de marca o branding de un proyecto. Junto con el logo, la paleta de colores y otros recursos, forman parte del branding visual que diseñamos estratégicamente para reforzar el mensaje que queremos enviar.
En este artículo voy a profundizar en el concepto de la tipografía. Aprenderás qué es una familia tipográfica y conocerás sus variables, así como los 4 grandes grupos de tipografías que existen teniendo en cuenta su forma.
¿Qué es una tipografía?
La palabra tipografía proviene del griego: “typos” que significa golpe, marca o forma, y “graphia” que significa cualidad de escribir.
Así pues, podemos definir la tipografía como “el arte de diseñar las letras”. Se denomina así a la disciplina que estudia la representación gráfica de las letras para que el lenguaje escrito sea efectivo. Es el conjunto de técnicas para crear gráficamente letras y caracteres. Su nombre hace referencia a las huellas (o tipos) que quedan impresos cuando escribimos. Esta disciplina se centra en establecer unas reglas de composición para el diseño y uso de símbolos escritos.
Al mismo tiempo, denominamos también tipografía a la escritura con un conjunto de caracteres alfanuméricos, elaborados previamente y que cuentan con un estilo y una serie de características en común. Toda la familia de caracteres se ha diseñado siguiendo unas mismas pautas y estilo.

Al autor de la tipografía lo denominamos tipógrafo.
No debemos confundir la técnica de la tipografía con el Lettering “el arte de dibujar las letras” o la Caligrafía “el arte de escribir las letras”. Aunque compartan similitudes, estas 3 técnicas difieren en cómo se concibe y aborda la creación de las letras.
Al igual que ocurre con las formas, los colores o las imágenes, las tipografías también pueden llegar a evocarnos conceptos o emociones. A esto se le denomina psicología tipográfica.
Ésta psicología nos puede ayudar a profundizar y transmitir aún más con la identidad visual de la marca. Por ejemplo, si queremos que la empresa se muestre moderna y cercana, podemos recurrir a una tipografía de palo seco. Si buscamos algo más tradicional y serio, una tipografía con serifa podría ser una mejor opción.
Tipos de Tipografías
Sin profundizar demasiado en cada una de las categoría de las tipografías, podríamos clasificarlas por su morfología en 4 grandes grupos:
- Con serifa (romanas)
- Sin serifa (palo seco)
- Script (manuscritas)
- Display (decorativas)
Vamos a conocerlas una por una para que puedas aprender a diferenciarlas por su forma.
Tipografías con serifa (romanas)
Las tipografías con serifa son aquellas que cuentan con remates o terminales, que son esos pequeños adornos ubicados en los extremos de los trazos de los caracteres.
Las tipografías Serif de conciben como serias, institucionales y tradicionales. Son tipografías perfectas para párrafos o textos largos por su legibilidad, ya que los pequeños remates o serifas ayudan a que se cree una línea imaginaria bajo el texto que facilita mucho la lectura a nuestro ojo.
Las tipografías egipcias o Slab serif están dentro de las tipografías con serifa, y se caracterizan porque el remate tiene el mismo grosor que el resto del trazo de las letras. Son tipografías como de máquina de escribir o similares (Courier).
Algunos ejemplos de fuentes tipográficas Serif son: Times New Roman, Garamond o Book Antigua.

Tipografías sin serifa (de palo seco)
Las tipografías sin serifa o de palo seco (sans serif) se caracterizan por la ausencia de remates y terminales. Se diseñan sin serifas y sus trazos apenas presentan contrastes.
Las tipografías Sans Serif suelen asociarse con la tipografía comercial, ya que ofrecen un resultado muy bueno para la impresión de titulares o poco texto, en carteles y publicidad. Este estilo de fuente nos transmite modernidad, seguridad, neutralidad y minimalismo.
Aunque este tipo de fuente tipográfica no cuente con la línea invisible que consiguen las tipografías Serif para los textos largos, es muy recurrida también para textos en pantalla y textos en tamaños pequeños, precisamente, por su carencia de terminales y remates. Funcionan muy bien en títulos, carteles y formatos grandes.
Hay un tipo dentro de las familias Sans Serif que son las tipografías Rounded o redondeadas, con formas suaves que tienden hacia el círculo perfecto y bastones que rematan también redondeados.
Algunos ejemplos de tipografías San Serif son: Futura, Helvética, Arial, Gotham, Verdana o Avenir.

Tipografías script (cursivas)
Las tipografías manuscritas también se denominan como cursivas o script. Son tipografías que representan o imitan la caligrafía a mano, por lo que en ocasiones también se les puede denominar como tipografías caligráficas, como la fuente Gótica que imitaba la escritura de los monjes, o con una forma de escribir más actual y desenfadada como la Alex Brush. También las tipografías que se utilizan como firma, pretendiendo imitar una rúbrica.
Generalmente este tipo de tipografías cuentan con una tendencia itálica o cursiva. Las letras se ligan entre sí y nos ofrecen curvas más pronunciadas que en las tipografías con serifa o de palo seco.
Como se ligan con la caligrafía, cuentan con una personalidad más humana y cercana. Algunas ejemplos de éstas tipografías cursivas podrían ser Beckham Script o Parisienne.

Tipografías display (exposición)
También se les denomina como tipografías decorativas. Están consideradas como tipografías divertidas, más desenfadadas, pero con el potencial de poder transmitir una gran variedad de sensaciones.
Tienen un carácter y personalidad muy fuerte. Desde el punto de vista de la psicología tipográfica son transgresoras, llamativas y contribuyen a llamar más la atención. No obstante, la legibilidad que nos ofrecen este tipo de fuentes es, en general, algo más pobre.
Las características de éstas tipografías decorativas, no se ajustan a los tres conjuntos anteriores. Suelen crearse para fines específicos donde la legibilidad pierde un poco de valor. Son muy expresivas y suelen contar con atributos más temáticos.
En definitiva, son adecuadas para logotipos o titulares cortos. Eso sí, definitivamente no son buenas tipografías para párrafos de texto.
Pueden llegar a transmitir falta de cuidado o desinterés en el diseño. Por eso, hay que sopesar bien cuando utilizar este tipo de fuentes tipográficas.

¿Qué es una familia tipográfica?
Una familia tipográfica es un conjunto de caracteres, alfabéticos o no, que cuentan con unas características comunes en su estructura y en su estilo. Esto nos permite identificarlas como una misma familia.
Los miembros que forman una misma familia tipográfica se parecen entre sí, pero cuentan con rasgos propios como variaciones de peso, inclinación y proporción. Esto lo veremos más adelante en el siguiente punto.
Existen multitud de familias tipográficas. Originalmente surgieron con la creación de la imprenta pero otras han ido apareciendo como resultado de la llegada de la digitalización.

Las variables tipográficas y las versalitas
Las variables tipográficas son las opciones que podemos encontrar dentro de una misma familia tipográfica. Son modificaciones de la morfología de la tipografía, es decir de su forma. Actúan sobre el grosor del trazo, el ancho o proporción del carácter y la inclinación del eje vertical de los caracteres de una misma familia tipográfica.
Gracias a las variables tipográficas vamos a poder establecer una jerarquía visual en nuestras composiciones y diseños. También nos ayudan a cubrir las necesidades que nos pueden surgir a la hora de comunicar visualmente con tipografías.
Cuando me preguntan cuántas tipografías puedo usar en un diseño, o cuántas tipografías debe tener una marca, mi respuesta es que es mejor que juegues con las variables de la familia y no utilices un número muy alto de fuentes diferentes.
El peso como variable tipográfica
La variable de peso, es decir de grosor o tono, afecta directamente al trazo de los caracteres. Se modifica la relación entre el ancho del trazo y los espacios vacíos dentro de cada signo tipográfico.
La tipografía light presenta un grosor del trazo menor, mientras que la tipografía bold o negrita presenta un grosor de trazo mayor.

La proporción como variable tipográfica
La variable de ancho o proporción afecta directamente a la estructura de los caracteres. En definitiva, es la modificación del ancho de la letra. En principio el trazo no varía.
Las tipografías condensadas y expandidas son tipografías que han sido diseñadas desde cero y creadas expresamente para esa variable, al igual que las regulares. Por eso tampoco debemos deformar la escala de nuestras tipografías si necesitamos condensadas o expandidas.
La variación de tamaño en sentido vertical no se considera como variable tipográfica, ya que se corresponde con una simple modificación del cuerpo tipográfico.

La inclinación como variable tipográfica
La variable tipográfica de inclinación modifica el eje de los caracteres. Hace referencia al ángulo de inclinación de la tipografía. Cambia la estructura y se altera el ritmo.
Dentro de la variable tipográfica de inclinación vamos a poder reconocer dos tipos. Las oblicuas y las itálicas.
Las tipografías con variable oblicua cuenta con la misma morfología que la tipografía regular, pero cuenta con el eje inclinado. En cambio las tipografías con variable itálica presentan además una morfología propia que nos recuerda a la caligrafía.

Tipografías versalitas
Después de ver las variables tipográficas, es buen momento para mencionar también a las tipografías versalitas. Estas tipografías cuentan con alfabetos que mantienen la altura de caja alta (mayúsculas) a la misma altura que las de caja baja (minúsculas).
Las versalitas son tipografías que pueden ser de gran utilidad si, por ejemplo, lo necesitamos por una razón estética. Nos servimos de esta opción, por ejemplo, si necesitamos utilizar mayúsculas y no queremos generar irregularidades en el texto.

Conclusión.
La Tipografía es un elemento fundamental del diseño grafico y su comunicación. No sólo es esencial a nivel de legibilidad, sino también de diseño, de ideas, conceptos, valores o sensaciones que se quieren transmitir.
Existen muchas tipografías. Muchas más de las que te imaginas y lo cierto es que no usarás el 98% de ellas. Saber elegirlas, saber cómo funcionan, cómo articularlas y qué opciones nos ofrecen para poder transmitir un mensaje tal y como queremos que lo haga, es fundamental.
Si necesitamos acudir a una tipografía negrita, condensada o itálica recuerda escoger siempre la variable tipográfica antes de hacerlo con opciones digitales, que alteran su estructura.

Hola, soy Roberto Vidiella.
Soy fundador y Director Creativo de VIDI. Me apasiona el diseño gráfico, y mediante este blog, intento profundizar en mis conocimientos y compartir lo que he aprendido durante mi trayectoria. Si me dejas un comentario, me ayudas a seguir aprendiendo y mejorando, ¡y además me hace mucha ilusión!